El río Gallegos
El río Gallegos, ubicado al sur de la provincia argentina de Santa Cruz, es denominado por muchos como el “paraíso de las truchas marrones”. En él se ha desarrollado la especie de truchas marrones más buscada por los pescadores de todo el mundo. En un ambiente de salvaje naturaleza, es posible que disfrutar de la pesca con mosca mientras nuestros ojos se hunden en la inmensidad del paisaje.
El río Gallegos está situado en el departamento santacruceño de Güer Aike a los 51º de latitud sur, recorriendo la provincia desde la precordillera hasta el océano Atlántico, formando un amplio valle plagado de curvas y meandros, que hacen propicia y abundante la vida silvestre, rica en fauna y flora propias de la meseta patagónica.
Surge de la confluencia de los ríos Ruben y Penitente (procedentes de Chile) en su primera etapa, recibiendo a los pocos kilómetros el tributo del río Turbio (argentino), y luego, en su viaje al océano, las aguas de los arroyos El Zurdo y El Roble y de los ríos Gallegos Chico y Chico Sur, éste último ya en el estuario que forma el Gallegos en su entrada al mar.
Desde su nacimiento hasta su desembocadura recorre aproximadamente 190 km con un caudal en épocas de crecida entre los 12 y 15 m3/segundo.
Por ser un río de corrientes lentas, posee una gran variedad de vida subacuática, proliferando las ninfas, larvas e insectos en distintos estadios de metamorfosis. Esta biodiversidad es propicia para el desarrollo de las truchas, que se sirven de ella para su alimentación, favoreciendo el crecimiento tanto de las marrones residentes, como de las anádromas que suben desde el mar a desovar.
A los fines de la pesca, podríamos dividir al río en tres secciones: el Gallegos naciente, el Gallegos medio y el estuario del Gallegos.
En su naciente, el río posee numerosos lugares en donde las truchas pueden encontrar cobijo y seguridad para el desove. De hecho, los ríos Rubens y Penitentes son de bajo caudal con pozones importantes y espacios poblados de ramas, troncos y piedras, que hacen de la pesca con mosca un verdadero paraíso en donde poner a prueba nuestra paciencia, destreza y habilidad.
Unión de los ríos Ruben y Penitente - Puente Blanco -
En esta zona, si bien cualquier lugar puede ser bueno, los pesqueros importantes se sitúan cerca del puente sobre el río (denominado “Puente Blanco”); más abajo, “El puente del ferrocarril” y “Las dos piernas” (llamado así por la presencia en el medio del río de una gigantesca piedra que separa el cauce en dos); y, luego de su encuentro con el Turbio, los sectores denominados “La Palangana” y “La Pescadería”.
El Gallegos medio
El Gallegos medio se caracteriza por la presencia de curvas y correderas, el aporte de aguas cristalinas procedentes de pequeños chorrillos y abundantes piedras volcánicas que favorecen la oxigenación del agua y por ende, un ambiente adecuado para la vida de las truchas.
En estos lugares, los peces poseen numerosas cunas en donde desovar, crecer y alcanzar madurez.
Aquí podemos destacar los siguientes pesqueros: “El pozón del Zurdo”, “Bella Vista” cerca del puente sobre el Gallegos Chico, “El pozón de Carlota”, “El Roble”, “Los Arbolitos”, “Casa de Piedra” y, aguas abajo, “El Gaviotero”, “Pozón Negro”, “Manantiales” y “Barranco Blanco”.
El Gallegos inferior y estuario
En la zona próxima al estuario y desembocadura, se produce una intensa acción de las mareas de gran amplitud, alcanzando valores en sicigia (mareas entre luna nueva y llena) de hasta 14 metros, provocando la mezcla de agua salada con las del río e introduciéndose poco más de 40 km. Allí, las truchas aprovechan la alimentación marina para acrecentar su desarrollo, alcanzando portes importantes y tornándose anádromas (aná = “hacia arriba” y dromo = “carrera”), puesto que adoptan una forma de vida distinta, internándose en el mar para luego regresar al río a desovar.
Los lugares importantes de pesca son los denominados: “La Toma”, “Los Canillitas”, “el Gasoducto”, “El puente de Güer Aike” y frente al club Pescazaike.
Por sus características, el Gallegos es un río que merece ser visitado, ofreciéndose como una alternativa más que válida para los pescadores de todo el mundo. Aunque en ocasiones se presente difícil por sus vientos, por el clima a veces implacable o por su lejanía de los grandes centros poblados, el pescador puede encontrar en él aquella trucha que buscó durante toda su vida, aquella trucha que quizás cuelgue de un cuadro como trofeo, o bien simplemente y por qué no, fundamentalmente pueda encontrarse a sí mismo o a los amigos en la soledad de sus riberas.
Típica “plateada” del Gallegos. Conocida como sea run brown trout, estas truchas toman un color plateado luego de permanecer largas temporadas en el mar, para luego remontar el río en época de desove.
Trucha marrón macho, de bellísimos colores. Nótese la boca en forma de “pico”